Más que una bolsa bonita
El empaque puede parecer un detalle menor, pero juega un papel enorme en contar la historia de una marca. Sagro Farms trabajó con la diseñadora Ameira Amore para crear una bolsa que reflejara todo lo que representa su marca: calidad, pasión y autenticidad.
Leticia y Stephanie los guiaron paso a paso en el proceso:
- Elegir los materiales adecuados
- Seleccionar funciones sostenibles y prácticas
- Refinar el diseño digital de la bolsa
- Asegurar que el empaque transmitiera la esencia del café de Sagro
“Nunca me imaginé todo lo que implica el empaque de café hasta que vivimos este proceso,” dijo Yemi Seriki, cofundadora de Sagro Farms, durante la visita.
Directo desde el viaje:
“Tuvimos que hacer este viaje rápido a El Salvador para reunirnos con algunos contactos y prepararnos para la cosecha de 2025.
Comenzamos visitando Savor Brands, donde conocí a Leticia y Stephanie—han sido clave para lograr el empaque adecuado para Sagro Farms.
Hasta nos presentaron una delicia local con sonidos de felicidad incluidos. Honestamente, no sabía cuántos detalles hay detrás del empaque, pero ellas nos ayudaron a construir justo lo que necesitábamos.
Si alguna vez necesitas empaque para productos o alimentos, habla con Leticia y Stephanie. De verdad se preocupan por lo que haces y quieren que quedes feliz con el resultado.”
Por qué esto importa
Esto no se trata solo de un logo o una etiqueta—es sobre cómo Sagro Farms se presenta al mundo. Las nuevas bolsas de café son un símbolo de su recorrido y de lo que viene. Cada decisión, desde el material hasta el diseño, refleja su identidad como una empresa que valora:
- Relaciones de comercio directo
- Prácticas sostenibles
- Abastecimiento ético
- Orgullo en el oficio
Un enorme gracias al equipo de nuestra oficina en El Salvador
El proceso de empaque de Sagro no habría sido posible sin el increíble apoyo del equipo en El Salvador. Su dedicación a ayudar a clientes de todo el mundo hizo que cada paso del proceso creativo se sintiera fluido, acogedor e inspirador.
Su mentalidad compartida—las cosas buenas toman tiempo, y cada detalle cuenta—fue clave para convertir una visión en algo real.